lunes, 27 de mayo de 2013

"Irrupción" o "El cuento del gato"

Hola, gato, gato, gato.
El gato no me mira.
¡Bah! de todos modos a mí no me interesan los gatos. Hago un gesto como para irme y vuelvo.
¿Querés pasear conmigo, gato? El gato salta en la bolsa que cuelga de mi hombro y se acomoda. Tomamos un tranvía que va a cualquier parte. La gente no sabe, llevo a mi gato. El gato está acurrucadísimo, no habla. Bajamos en una plaza. Mi gatito tiene la patita herida. Curo la patita del gato. Busco leche para el gato. El gato toma la leche. Tengo sed, el gato salta al bebedero y me mira. Llevo mi gato a casa. Por las noches paseamos. Él entra en las casas a cazar ratones. Lo espero afuera, no me gusta pensar que come ratoncitos vivos.
Mi gato  dice que no quiere vagabundear más, que le consiga yo los ratones.
- Yo no puedo conseguirte los ratones, gato. Yo no veo de noche.
Consigo los ratones para el gato. Llevo los ratones al gato.  El gato me pide ratoncitos blancos. Llevo ratoncitos blancos para el gato. Ya no me importa saber que come ratoncitos vivos. El gato me pide orejas de cerdo.
- Ercilia, mi gato me pide orejas de cerdo.
-Buscálas en el frigorífico.
- Sí, necesito orejas de cerdo para mi gato.- Me señala el suelo 
- Recójelas vos misma.
- Yo no quiero recogerlas, a mí no me gusta ensuciarme.
No hay otro modo. Recojo orejas de cerdo para mi gato. Pongo las orejas en una fuente, la adorno con flores. Llevo la bandeja al gato. El gato come las orejas, no mira las flores.
-¿ No te gustan las flores, gato?
- Las flores no se comen.
El gato quiere que le lleve a Ercilia.
-No, gato, yo no puedo traerte a mi hermanita, a Ercilia no le gustan los gatos.- El gato insiste en que le traiga a Ercilia.
-No, gato,  no puedo traerte a Ercilia-.
El gato dice que quiere comer a mi hermanita.
-¡ No, gato, no, no puedo darte a Ercilia!
El gato dice que yo soy Ercilia.
- Yo no soy Ercilia, yo no soy Ercilia, no gato, Nooo.....!!!!.