Hubo un tiempo, hace muchos años en que el Hospital Israelita era un referente en la medicina argentina. Un hospital comunitario abierto a todos los habitantes de la ciudad. El papá de Yuyi fue secretario, tesorero, vice presidente y presidente de esa institución desde la década de 1940 hasta su muerte en 1967. Nunca cobró un peso por todas las tardes dedicadas a asegurar el buen funcionamiento del hospital . Generaciones siguientes de directivos vaciaron el hospital en su provecho hasta llevarlo a la ruina.
Repito una frase hecha: la solidaridad y la honestidad no cotizan en bolsa.
Yuyi, como su papá Abraham, nunca comprendieron esta lógica que superpone el dinero a la vida de los seres humanos. Nuestro homenaje a ambos.


...principios que no cotizan en bolsa pero enaltecen la vida.
ResponderEliminarHermoso texto.
Muchas gracias por tu comentario
EliminarBuenas tardes. En esa Institución, hace 61 años nací. Es terrible e incomprensible ver como las autoridades han permitido ese deterioro constante. No acierto a comprender la no existencia de responsables. Llevo 55 años fuera de mi país natal y no salgo de mi asombro e indignación por tanta dejadez. Saludos desde Madrid y gracias por el post.
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