jueves, 22 de noviembre de 2018

La biblioteca de Yuyi

La biblioteca de mamá ocupaba tres paredes enteras de una habitación grande, del suelo al techo. Libros de teatro, de arte, de psicología, de filosofía, novelas de autores de todos los orígenes y sobre todo poesía. Entre todos los poetas Pablo Neruda y Federico García Lorca. Nadie recita a Lorca como lo hacía mi mamá. Todas las noches, cuando mi hermano y yo nos acostábamos, ella antes de darnos el beso de buenas noches, recitaba una poesía de Lorca a cada uno. Han pasado más de cincuenta años y aún me acuerdo de su voz segura y musical acompañando las palabras del poeta: “Galán, galancillo, en tu casa queman tomillo, ni que vayas ni que vengas con llave cierro la puerta (...)”
Lee el libro de poemas y escritos de Yuyi
Sin embargo, durante mi niñez la biblioteca era una referencia presente en la que se guardaban secretos que me resultaban ajenos. Por entonces, prefería jugar a la pelota, ir al cine a ver películas de vaqueros o de espadas, leer historietas y mirar televisión cuando llegaba del colegio. Entre todos los programas que entonces veía, ninguno me gustaba más que “La dimensión desconocida”. Quizás de ahí la naturalidad con la que a los trece años, impulsado por un profesor de la secundaria, ingresé en los universos reveladores de Borges y de Cortázar que me esperaban en la biblioteca de mamá.



No hay comentarios:

Publicar un comentario